jueves, 26 de abril de 2012

Capítulo 9 - Saramago, "El Nobel que vino de incógnito"




Como ya conté, Saramago participó varias veces con la Asociación Andersen. Tuvimos unas jornadas en Lanzarote, que él clausuró y seguimos manteniendo algo de contacto, por eso de enviarle las fotos, etc.

Ese mismo año, creo que fue en Septiembre-Octubre, Saramago vino a Gran Canaria, pues en Agüimes se daban varias distinciones, entre las que él figuraba; le iban a entregar un cuchillo canario.

Por parte del Colectivo, fuimos al acto Blas Láiz y yo. En el entreacto, antes de dar los regalos, comentamos que Saramago debía pagar algo al recibir el cuchillo canario (muy bonito, creo que en una caja de tea).

Pues existe esa creencia (o superstición) de que no se debe nunca recibir como regalo algo cortante (cuchillo, tijeras), pues se cortaría la amistad. Para evitarlo, al recibir el objeto cortante se da a cambio una moneda, un pago simbólico.

¿Sabría eso Saramago, que debía "pagar" el cuchillo al recibirlo?

-¿No crees que deberíamos decírselo? -le pregunté a Blas.

Era, como dije, el entreacto, y Saramago estaba sentado solo en la primera fila de butacas.

-Sí -me respondió Blas-. Ve a decírselo.

-No, que me da vergüenza.

Pero Blas, sin miramientos, me levantó del asiento y me empaquetó "vía portugués".

-Señor Saramago... ¿Se acuerda de mí?

Se puso de pie, muy amable, diciendo que claro que se acordaba.

Le expliqué lo de "pagar" el cuchillo cuando lo recibiera. Al pronto, no me entendía, pero se lo aclaré. No, no sabía nada de esa creencia; y se metió la mano en el bolsillo, diciendo que no tenía más que unas pesetas sueltas.

-¡Blas! -dije llamando-. ¿Quieres sacar de mi bolso una moneda de cinco duros?

Me acerqué, la recogí y se la di a Saramago.

Con ella, Saramago "pagó" el cuchillo canario que le entregaron... Todavía me río, al recordarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario