El pasado viernes día 22, Georgina y yo conseguimos llegar a
tiempo (¡anda que no dimos vueltas!) al teatro de Ingenio para la presentación
del último libro de Pepa Aurora: Juana Catalina, la última bruja de Canarias
y otros cuentos.
Me encantó, como todo lo de Pepa Aurora, -¡ese arte de ella
para ‘contar’! Además, me resultó muy interesante por el tema de ser Juana
Catalina Quintana, la última bruja perseguida en Canarias por la Inquisición;
agraciada, además, con ser sólo
"penitenciada" como castigo. Muy “amable”, por parte de la temida
entidad.
En el acto de la presentación, en el Teatro García Lorca de
Ingenio, compré el libro al llegar, de modo que lo tenía durante las charlas
"presentativas". Y me ocurrió lo de siempre: por muy interesante que
sea lo que allí se esté diciendo, no puedo evitar el cosquilleo de tener un
libro en la mano y unas ganas locas de ponerme a leerlo, sin hacer caso de nada
más... Tal es la magia, para mí, de tener un libro en la mano: la impaciencia
de verme libre para "hincarle el ojo". "¡Al fin solos, el libro
y yo!".
En cuanto llegué a casa, no sólo me puse a
"devorar" el nuevo libro de Pepa Aurora, sino que busqué otro que
tengo sobre la Inquisión en Canarias: "Las víctimas de la Inquisición en
las Islas Canarias", de Francisco Fajardo Spínola.
Un libro muy completo, muy documentado, que trae una
"Relación cronológica de procesados", en la cual figura Juana
Catalina Quintana, la bruja del libro de Pepa Aurora. Fue procesada en 1818, de
profesión "Servicios", delito "Supersticiones" y caso
resuelto como "Penitenciada". ¡Qué “alivio”, ver que no fue quemada!