Yo era la secretaria de la Asociación Andersen para la Literatura Infantil, que celebraba sus jornadas anualmente aquí en Gran Canaria y a veces en otras islas. Un año tocó Lanzarote, y el tema elegido fue muy atractivo: leyendas medievales, con sus correspondientes princesas, caballeros y dragones amén del inefable San Jorge. Invitamos a Saramago, que amablemente dio la conferencia de clausura. Aunque no pudo asistir a la cena de la misma, Saramago sí nos acompañó otro día a la Fundación César Manrique.
Entre otros, estaban Carlos García Gual, un escritor especialista en temas medievales; y Antonio Abdó y Pilar Rey, directores del Teatro Chico de La Palma; todos, gente estupenda además de distinguida. Fue muy divertido, y nos disfrazamos como exigía la ocasión.
El hotel donde se celebraba la cena de clausura, como si de un castillo se tratara, se llenó de damas y caballeros, princesas luciendo altísimos conos y plebeyas, como yo, soportando incómodas tocas con vendajes bajo el mentón como se ponía la gente antes, cuando les dolía una muela. El menú, debo decirlo, fue también un acierto: auténticas recetas medievales, que la cocina y el personal del hotel supieron servir perfectamente. (Continuará).
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