lunes, 10 de septiembre de 2012

Volante. El Toro de la Vega, "en capilla".



Querido Volante:

He leído tu carta en "El Mundo", que acompañas con tu foto. (Domingo, 2 de septiembre de 2012-Crónica - Nº 881).

Dices que esperas morir, lanceado, mañana martes 11 de septiembre. Estás, por tanto, "en capilla". Pero no dices qué delito has cometido, para que te condenen no sólo a muerte sino a una muerte dolorosa.

Entiendo que no estás en la cárcel, sino "acomodado" en Tordesillas; pensarán, tal vez tus verdugos, que no existe riesgo de fuga.

Intento averiguar qué has hecho para merecer lo que te espera. ¿Nacer toro bravo? ¿Ser la víctima ideal para sacrificar en el altar de una mal entendida tradición? Pero esos no son delitos, y si no hay otra cosa, serás un mártir. Hace miles de años, los romanos decían que "el hombre es un lobo para el hombre". Y aunque tú no eres humano, la sentencia te alcanza igual.

Han pagado por ti seis mil euros (6.000,00 €) y los turistas que atrae tu muerte dejarán buenos beneficios en el pueblo. En fin, hombres importantes en la Historia han sido vendidos por 30 monedas de plata.

Mañana, el pueblo saldrá a la calle a celebrar el "espectáculo" para mayores y pequeñitos; todo un referente antropológico fundamental, desde luego: la tortura y muerte de un ser vivo e inocente.

Supongo que los aspirantes al dudoso honor de darte muerte, ya habrán estado afinando la puntería, entrenándose con lanzas para dar en el blanco, que eres tú aunque seas negro.

- ¡Le di, le di!
- ¡Le dio, le dio!, gritarán.

Erizado de lanzas, como un acerico monstruoso, irás dando traspiés hasta caer al suelo, convertido en un guiñapo sanguinolento.

Eres toda una estrella, Volante.

Y cuando alguien levanta la voz contra tales salvajadas, responden que "al que no le guste, que no venga". Lo malo es que la ausencia de los sufridores no sirve para evitar el crimen.

El otro día escribí sobre ti, Volante, hablando de los que defienden tradiciones bárbaras. Por suerte, muchas han desaparecido: "un pequeño paso para el Hombre pero un gran paso para la Humanidad".

Te cuento: en Inglaterra, hace siglos, había un espectáculo público que llamaban "el azuzamiento". Consistía en encadenar, de la cintura a los pies, a un oso y echar contra él, azuzándolos, a una jauría de perros que terminaban destrozándolo vivo. El oso tenía libres las zarpas, para defenderse y luchar contra los perros; por lo que más de un can saltaba por los aires derramando sus entrañas.

Los ingleses de hoy, se avergüenzan tanto que no quieren ni oír hablar de eso. Lo sé de buena tinta, porque yo soy medio inglesa. Ah!, y han conseguido acabar con la caza del zorro.

Pero no creas, que los ingleses aman las tradiciones como el que más. Con decirte que una vez compramos una casa en Inglaterra y el contrato de venta tenía una antiquísima cláusula que permitía, a los dueños de esa casa, "criar un cerdo en la calle y coger leña del bosque contiguo" (hoy un parque detrás de la casa). Un privilegio muy lindo pero no teníamos cerdo ni había en la calle basura para alimentarlo; ni fuimos al parque a coger la medida de leña que teníamos autorizada. Los ingleses son así, como te digo, tan amantes de las tradiciones como enemigos de unas cuantas costumbres bárbaras.

Porque ya ves, Volante: en el contrato de venta de la casa figuraba el permiso para el cerdo y la leña, cosas absolutamente fuera de uso, pero que "hacían bonito". Y eso prueba el amor de los ingleses por las viejas costumbres, lo que nos les ha impedido ir suprimiendo las que debían ser suprimidas.

Y ese, querido Volante, el de los osos y los zorros, es "el Hombre", el que te matará mañana si otro, más merecedor de ese nombre, no lo impide.

Pues en España, que yo sepa, no se conservan en vulgares contratos, las costumbres de otros tiempos sólo por el encanto de antaño. Aquí se prefiere conservar el "salvajismo" hogaño.

Adiós, Volante. Te mando un beso, que ojalá no sea el último de tu vida.

1 comentario:

  1. Brutos de mierda! a ustedes hay que correrlos acosarlos, pincharlos, y matarlos!

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