lunes, 18 de febrero de 2013

El Hada Lucía o "El Antídoto".





Entrar en la librería "El Hada Lucía" (Las Palmas de G.C.) es entrar en un mundo en extinción: el de la fantasía y la magia. No exactamente un mundo en extinción, sino más bien asesinado por muchas de las maravillas de nuestro tiempo: los ordenadores, juegos electrónicos, etc. ¿Por qué el lado oscuro de esas cosas ahoga y aniquila otras? Otras como desarrollar la imaginación de los niños, que sueñen con lo que se debe soñar en la infancia.

La decoración de la librería "El Hada Lucía" me encantó, y entrar en ella fue como ver desfilar multitud de personajes de mis cuentos infantiles y ahora de los míos propios. Pues si de pequeña me acompañaban Caperucita, Blancanieves y, sobre todo, El Patito Feo (mi favorito), ahora me acompañan los de mi propia invención. En un marco tan apropiado como esa librería, no cuesta nada que, de todos sus rincones broten no sólo los personajes de siempre sino otros que también tienen su sitio en ese desfile: "Ana", la niña valiente convertida en ratón que, para desencantarse, inicia un viaje desconocido y pelibroso; "Rosaluna", la niña criada por las hadas, que conocía el secreto del verdadero amor. "La Reina Henhebra", que acabó con las guerras; el niño que atrapaba arco iris en un frasco de cristal; "Ocaso y Aurora", los amantes cósmicos...

Personajes, todos ellos, de mis cuentos. Claro, yo tengo mucha imaginación, es la verdad. Pero, por poca que se tenga no cuesta nada, al entrar en "El Hada Lucía", adentrarse también en mundos fantásticos; la más pobre imaginación salta como un resorte en semejante ambiente.

La librería "El Hada Lucía" me parece maravillosa; se ha trabajado y pensado mucho, para ofrecer a los niños algo tan importante como la fantasía y la magia. Dicen que es única en España... Orgullo para ellos y pena de que sea eso, única.

Sitios así son lo que yo llamo "el Antídoto" (sí, con mayúscula), el remedio contra los lados oscuros de las maravillas modernas. No debían ser únicos en España, ni en ningún otro sitio; deberían estar por todas partes, con la noble misión de ayudar a los niños a ser niños.

No hay comentarios:

Publicar un comentario