jueves, 29 de marzo de 2012

FOUR. Crónicas Albionas. "Asesinatos-2".


 
Un día inglés. Me levanté por la mañana y eché un vistazo al jardín asesinado. El sol se puso a brillar con todas sus fuerzas, tal vez en un intento de paliar mi disgusto; muy amable de su parte, pero no lo consiguió.

Luego me fui a Kingston. En la parada del autobús había una vieja viejísima, cordilleras de arrugas en la cara y cuatro pelos blancos; debía tener por lo menos 102 años. Fumaba como un carretero, en lo que llegó el autobús -que tardó bastante- se fumó dos pitillos. Había, en el autobús, un cochecito para bebés gemelos. Eran dos niñas pelirrojas preciosas, de unos 6 meses de edad. Una dormía en el cochecito y la otra parloteaba en brazos de su madre, que se la comía a besos. Lo primero, al llegar a Kingston, visita a "mi" puente medieval, Clattern Bridge, llamado en la Edad Media Clateryngbrugge por el sonido de los cascos de los caballos al cruzarlo.
 
Había un montón de chicos y chicas con una especie de togas y gorros cuadrados con borla colgando. Les pregunté y me dijeron que se habían matriculado en la universidad de Kingston para estudiar Diseño Gráfico. Se dejaron sacar fotos.
 
Deambulé por el pueblo, fui al super a comprar pan para los cisnes (como les prometí ayer) y, al mediodía, me fui a comer el bocadillo al cementerio de la iglesia; increíble remanso de paz en medio del bullicio del gran centro comercial que es Kingston.
 
Finalmente, antes de volver a casa, me acerqué al río. Llevaba preparada una bolsa con el pan desmenuzado. Los cisnes, contentos de que yo hubiera cumplido mi promesa, se acercaron y lo devoraron todo. Me dieron las gracias, les dije adios y me marché.

No hay comentarios:

Publicar un comentario