He leído el libro Morir despacio, ‘protagonizado’ por Alexis Ravelo
y Eladio Monroy, el Sherlock Holmes hijo de su imaginación y con el que
"cualquier parecido es pura coincidencia". No del todo, pues
coinciden en que los dos, Eladio y Sherlock, son investigadores privados. Y ahí
empieza y termina (aparentemente) todo el parecido entre ellos. Los dos son
bastante maniáticos, de fuerte idiosincrasia y firmes convicciones. Eladio
Monroy no usa gorras estrambóticas de cazador de patos ni de nada, no toca el
violín y creo que no le importa mucho la música. Uno es drogadicto y victoriano
hasta la médula; el otro, un producto del siglo XXI adicto a las palabrotas.
Ambos investigadores son solterones, pero Eladio tiene pareja...
¿Y a qué viene todo esto? Pues no sé... Es el hilo de mis
pensamientos, por la reciente lectura del libro de Alexis Ravelo, su personaje
Eladio Monroy (apellido que me suena a venezolano) y terminando por comparar a
Eladio con otros investigadores o detectives particulares. Como Sherlock
Holmes, sin ir más lejos.
El libro Morir despacio lo he leído una vez y media. La primera, completo
(sin poderlo soltar hasta que lo terminé). Me lo prestó una buena amiga, que lo
tiene dedicado por el autor y a cuya presentación no pude ir. Y la "media
vez" para hojearlo y detenerme en las frases que me gustan o llaman la
atención. Como el libro era prestado, no pude "hablar" con él, que es
doblando las páginas o subrayando alguna cosa que es mi respuesta cuando el libro
me dice algo que me interesa. (Lo haré cuando me lo compre). Me gusta lo que
dice Alexis de Thalía Rodríguez, "esa golondrina que sobrevuela cada
página que escribo".
No sé cuánto pueda valer mi opinión literaria, pero pienso
que Alexis Ravelo escribe estupendamente; e, influída por Eladio Monroy, hasta
se me ocurre una palabrota que calificaría mejor sus libros: ¡c.......!
Yo formo parte de esos lectores a los que, en la última
página, el autor agradece "la existencia de esta novela y el hecho de que
mi escritura haya vuelto a formar parte de ese objeto mágico que se llama libro".
Bravo, maestro. (Es que lo fue, en mis cursos de
literatura).
Gracias, Alexis. (Y esto lo digo yo por mi cuenta).
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