miércoles, 6 de marzo de 2013

De victorianos y productos actuales.






He leído el libro Morir despacio, ‘protagonizado’ por Alexis Ravelo y Eladio Monroy, el Sherlock Holmes hijo de su imaginación y con el que "cualquier parecido es pura coincidencia". No del todo, pues coinciden en que los dos, Eladio y Sherlock, son investigadores privados. Y ahí empieza y termina (aparentemente) todo el parecido entre ellos. Los dos son bastante maniáticos, de fuerte idiosincrasia y firmes convicciones. Eladio Monroy no usa gorras estrambóticas de cazador de patos ni de nada, no toca el violín y creo que no le importa mucho la música. Uno es drogadicto y victoriano hasta la médula; el otro, un producto del siglo XXI adicto a las palabrotas. Ambos investigadores son solterones, pero Eladio tiene pareja...

¿Y a qué viene todo esto? Pues no sé... Es el hilo de mis pensamientos, por la reciente lectura del libro de Alexis Ravelo, su personaje Eladio Monroy (apellido que me suena a venezolano) y terminando por comparar a Eladio con otros investigadores o detectives particulares. Como Sherlock Holmes, sin ir más lejos.

El libro Morir despacio lo he leído una vez y media. La primera, completo (sin poderlo soltar hasta que lo terminé). Me lo prestó una buena amiga, que lo tiene dedicado por el autor y a cuya presentación no pude ir. Y la "media vez" para hojearlo y detenerme en las frases que me gustan o llaman la atención. Como el libro era prestado, no pude "hablar" con él, que es doblando las páginas o subrayando alguna cosa que es mi respuesta cuando el libro me dice algo que me interesa. (Lo haré cuando me lo compre). Me gusta lo que dice Alexis de Thalía Rodríguez, "esa golondrina que sobrevuela cada página que escribo".

No sé cuánto pueda valer mi opinión literaria, pero pienso que Alexis Ravelo escribe estupendamente; e, influída por Eladio Monroy, hasta se me ocurre una palabrota que calificaría mejor sus libros: ¡c.......!

Yo formo parte de esos lectores a los que, en la última página, el autor agradece "la existencia de esta novela y el hecho de que mi escritura haya vuelto a formar parte de ese objeto mágico que se llama libro".


Bravo, maestro. (Es que lo fue, en mis cursos de literatura).
Gracias, Alexis. (Y esto lo digo yo por mi cuenta).

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