lunes, 2 de abril de 2012

SEVEN. Crónicas Albionas. "Sábado florido y domingo de despedidas".



Ayer sábado fuimos a unos jardines e invernadero en el condado de Kent. Todo precioso, el día típico inglés, nublado y con frío. En los invernaderos había orquídeas a cientos. Nos encontramos con que, en los jardines, había una exhibición de halcones "educados". Quiero decir, adiestrados y obedientes al "domador". Había también un buitre. Todo eso me hizo recordar la película "Lady Halcón". Fue de lo más instructivo.
 
Hoy domingo, mi último dia aquí, fui con mis hijos al Támesis, para despedirme de los cisnes. Me estaban esperando; bueno, más bien, a la ración de pan. Qué jaleo. Todos se amontonaban y yo trataba de que todos tuvieran su bocado. Los patos se acercaban, humildes, pues los cisnes los despachaban con un buen picotazo; pero me las arreglé para que también ellos tuvieran su ración. La manía que tengo con esos bichos (los cisnes) es que veo en cada uno de ellos al Patito Feo. No me puedo librar de esa sensación, quizás porque ese cuento fue el primero que leí, años ha, y el que más me impactó.

sábado, 31 de marzo de 2012

SIX. Crónicas Albionas. "Un castillo que pudo estar encantado".




No sé si el de Leeds, adonde fuimos ayer, lo estaba. Pero yo sí que estoy encantada. Con la visita de antes de ayer a Stonehenge, creí que mi capacidad de asombro estaba ya repleta. Pero no. Me quedaba suficiente para la visita al castillo de Leeds, en Kent. Con casi 900 años de antigüedad, no es sólo el castillo en sí sino su entorno. Pues está construido en medio de bosques y parques de ensueño. Con lagos y cascadas. Además de los consabidos cisnes y patos, había pavos reales. Trabajo nos costó que uno de ellos posara para nosotros; al parecer, tenía su horario de exhibición. El caso es que, al ir nosotros hacia el castillo, tenía la cola plegada y se mostró muy descortés. Pero, de regreso después de la visita, sí que desplegó la cola y nos obsequió con una magnífica colección de poses; parecía una auténtica "diva", pavoneándose (nunca mejor dicho) a placer. Sólo le faltó firmar autógrafos. Había cisnes negros, que anidaban en el centro de uno de los lagos; la hembra, empollando los huevos y el fiel compañero, en el agua, no se separaba de ella. He oído que los cisnes se emparejan para toda la vida.
 
Después de tantas emociones, nos fuimos al "pub". Una buena "pinta" de cerveza y "pies" completaron el día.
 
Son muy graciosos, los nombres de los "pubs" ingleses: "Shy horse" ("El caballo tímido"), "The cap in the hand" ("La gorra en la mano"). Y otros que ya me acordaré.

viernes, 30 de marzo de 2012

FIVE. Crónicas Albionas. Otro asesinato y Stonehenge, por fin.


 
Este dichoso ordenador inglés, de mis hijos, que ha asesinado los acentos, abrir interrogación y no sé cuántas cosas más. Como buen inglés, suprime la eñe. ¡Nuestra preciosa eñe, la de "España cañí"! Este ordenador shakespeariano aprovecha para insultar nuestra riquísima lengua. ¿Qué tiene Shakespeare que no tenga nuestro Cervantes? Pues nada, el ordenador, como si nada. Algo así como Shakespeare vs. Cervantes. Y yo, en el medio, escribiendo con una incomodidad tremenda.
 
Y Stonehenge, por fín. Tantos años viniendo a Inglaterra y nunca había ido a ver uno de mis sueños. No está muy lejos de aquí, a una hora y media. Y creo que tengo que terminar porque Stonehenge me ha dejado sin palabras; se me puso la "piel de gallina". Aquellos brutos de hace 5.000 años resultaron no ser tan brutos, si pudieron hacer algo tan fantástico. "Sinfonía de piedra", que diría Unamuno. ¿Sólo una sinfonía? Menuda orquesta, retumbaba entre aquellas piedras que rezumaban magia, misterio, maravilla y un montón de palabras que empiezan por "m". Y ya no puedo decir nada más.

jueves, 29 de marzo de 2012

FOUR. Crónicas Albionas. "Asesinatos-2".


 
Un día inglés. Me levanté por la mañana y eché un vistazo al jardín asesinado. El sol se puso a brillar con todas sus fuerzas, tal vez en un intento de paliar mi disgusto; muy amable de su parte, pero no lo consiguió.

Luego me fui a Kingston. En la parada del autobús había una vieja viejísima, cordilleras de arrugas en la cara y cuatro pelos blancos; debía tener por lo menos 102 años. Fumaba como un carretero, en lo que llegó el autobús -que tardó bastante- se fumó dos pitillos. Había, en el autobús, un cochecito para bebés gemelos. Eran dos niñas pelirrojas preciosas, de unos 6 meses de edad. Una dormía en el cochecito y la otra parloteaba en brazos de su madre, que se la comía a besos. Lo primero, al llegar a Kingston, visita a "mi" puente medieval, Clattern Bridge, llamado en la Edad Media Clateryngbrugge por el sonido de los cascos de los caballos al cruzarlo.
 
Había un montón de chicos y chicas con una especie de togas y gorros cuadrados con borla colgando. Les pregunté y me dijeron que se habían matriculado en la universidad de Kingston para estudiar Diseño Gráfico. Se dejaron sacar fotos.
 
Deambulé por el pueblo, fui al super a comprar pan para los cisnes (como les prometí ayer) y, al mediodía, me fui a comer el bocadillo al cementerio de la iglesia; increíble remanso de paz en medio del bullicio del gran centro comercial que es Kingston.
 
Finalmente, antes de volver a casa, me acerqué al río. Llevaba preparada una bolsa con el pan desmenuzado. Los cisnes, contentos de que yo hubiera cumplido mi promesa, se acercaron y lo devoraron todo. Me dieron las gracias, les dije adios y me marché.

miércoles, 28 de marzo de 2012

THREE. Crónicas Albionas. "Cosas feas y bonitas".


Hoy volví a deambular por Kingston, entre lamentos por la pérdida de mi tienda Past Times, mi favorita. Cumplí algunos encargos que me hicieron en Las Palmas: una taza-termo para una amiga (con un pequeno secreto que ya contaré), y cosas para mis hijas. En una de las tiendas, viendo que soy extranjera, la cajera intentó robarme. Me di cuenta, pero no quise avergonzarla... No lo conseguí. Me explico: el pensamiento es lo más rápido del mundo, y en unos pocos segundos pensé en marcharme sin reclamar la vuelta que se me debía y que la cajera retuvo para ella. Pero, también en segundos, el cerebro dio la orden y no la pude evitar: "No change?" Un poco corrida, la cajera me lo devolvió; lo siento. Sólo eran unas pocas libras, y la verdad es que no valía la pena avergonzar a la muchacha.

Qué curiosos son estos pueblos ingleses. Kingston es un centro comercial "pululante" de gente. Pero en el mismo centro, hay una iglesia que tiene casi 300 años y, como todas las iglesias inglesas, tiene cementerio; allí mismo, en medio de todas las tiendas. Una parte tiene las tumbas, con sus lápidas, y la otra es un parque. Como hace buen tiempo, estaba lleno de gente. Allí me comí el bocadillo al mediodia, disfrutando como "un cosaco" de algo que a mí me parece extraordinario. En el jardin del cementerio, rodeado de tiendas y bullicio, había una paz y un silencio asombrosos. Había árboles muy grandes y un sauce llorón precioso; había palomas y ardillas. Qué paz y qué apacible parecía el mundo desde allí. 

Me fui al Támesis, a tomarme el helado de postre. Había montones de cisnes (¿habría sido alguno de ellos el Patito Feo?). Me apoyé en la baranda y vinieron a pedir comida; también los patos. Les prometí llevarles algo mañana.

martes, 27 de marzo de 2012

TWO. Crónicas Albionas. "Asesinatos".



Eso he dicho, pero no necesariamnente de personas. Cuando se ama mucho algo, su pérdida puede equivaler a un crimen. Eso me ha ocurrido con "mi" jardín, pelado miserablemente.

Hoy fui a Kingston, un pueblo no muy grande donde está el Centro Comercial. Y a esos asesinatos me refería: mi tienda favorita, que tanto ha contribuido con mis montajes, vendiendo lo que yo necesitaba, ha expirado. Me entraron unas ganas terribles de llorar, pero lo aplacé para el mediodía, cuando me fuera al río con mi bocadillo a llorar con los cisnes. Deambulé por el pueblo, de disgusto en disgusto, encontrándome que todas "mis" tiendas habían expirado. 

Ya hacia el mediodía, al visitar la última de las tiendas asesinadas, una japonesa que me gustaba mucho, me fui al Támesis con el bocadillo y lloré con los cisnes.

lunes, 26 de marzo de 2012

ONE Crónicas Albionas.



En este primer día de mi estancia en la Pérfida Albión, se empiezan a cumplir mis planes. Belleza: está todo precioso. Naturaleza: los árboles siguen vestidos de invierno, desnudos, más bien, con las ramas peladas.Pero hay algunos muy bonitos, con flores rosas o blancas; no sé qué árboles son, pues no parecen almendros ni cerezos. Casi no hay flores, pero ya empiezan a despuntar algunas florecillas valientes. Fui con mis hijos al "súper" (que aquí abre los domingos) y, como siempre había por los alrededores un montón de cuervos negros. Creo que van por la comida que tiran a la basura. Recuerdo uno, muy popular, que se subía a los carritos de la compra; era un cuervo muy manso, la gente lo respetaba y nadie le hacía nada. Luego fuimos a comer a un "pub", el "pub" más inglés de todos los "pubs" ingleses: moqueta estampada, recovecos, rincones con sofás "chester", oscuro y de techo bajo... Me hacen gracia esas cosas tan inglesas.

Al despertarme, fui corriendo a llorar sobre el jardín asesinado, según conté ayer.