sábado, 31 de marzo de 2012

SIX. Crónicas Albionas. "Un castillo que pudo estar encantado".




No sé si el de Leeds, adonde fuimos ayer, lo estaba. Pero yo sí que estoy encantada. Con la visita de antes de ayer a Stonehenge, creí que mi capacidad de asombro estaba ya repleta. Pero no. Me quedaba suficiente para la visita al castillo de Leeds, en Kent. Con casi 900 años de antigüedad, no es sólo el castillo en sí sino su entorno. Pues está construido en medio de bosques y parques de ensueño. Con lagos y cascadas. Además de los consabidos cisnes y patos, había pavos reales. Trabajo nos costó que uno de ellos posara para nosotros; al parecer, tenía su horario de exhibición. El caso es que, al ir nosotros hacia el castillo, tenía la cola plegada y se mostró muy descortés. Pero, de regreso después de la visita, sí que desplegó la cola y nos obsequió con una magnífica colección de poses; parecía una auténtica "diva", pavoneándose (nunca mejor dicho) a placer. Sólo le faltó firmar autógrafos. Había cisnes negros, que anidaban en el centro de uno de los lagos; la hembra, empollando los huevos y el fiel compañero, en el agua, no se separaba de ella. He oído que los cisnes se emparejan para toda la vida.
 
Después de tantas emociones, nos fuimos al "pub". Una buena "pinta" de cerveza y "pies" completaron el día.
 
Son muy graciosos, los nombres de los "pubs" ingleses: "Shy horse" ("El caballo tímido"), "The cap in the hand" ("La gorra en la mano"). Y otros que ya me acordaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario