domingo, 24 de junio de 2012

Poniéndome al día.






Prometí ponerme al día... y aquí estoy.

6 Junio 2012

“Mural gatuno”.

El 31 de Mayo, con motivo del Día de Canarias, fui al Colegio Iberia a presentar y contar 7 + 1 Ocho leyendas canarias. Están en forma de posters sobre cartón pluma; el texto (extractado) y fotos de mis montajes. Empiezo así, dirigiéndome al respetable infantil:

- Les voy a contar ocho leyendas canarias. Pero las islas son siete, así que sobra una. ¿Cuál?

Los niños piensan, y por fin unos cuantos lo dicen: “¡San Borondón!”.
Pues sí: la isla que se ve y no se ve. Y es porque San Borondón se esconde, ya que tiene un secreto que le da mucha vergüenza.

En una visita anterior al Colegio Iberia les había contado A los gatos les gustaba Ana. Previamente a mi visita, los niños lo habían leído y trabajado en clase. Al contarlo yo, le añadí otro final y un niño saltó:

- ¡Eso no sale en el cuento!
- No, porque es otro final que inventé después. Y puedo inventar 20 más.

Al terminar, la profesora Srta. Loli les propuso a los niños un ejercicio: escribir cada uno un final distinto del cuento, que luego me entregarían.

Y eso hicieron: un “Mural gatuno”, un trabajo que me parece extraordinario.
Fui a recoger el mural, que llega casi al techo. En él han pegado todos los escritos de los niños, recortes de gatos y dibujos. Estoy loca con el mural.
No es sólo el trabajo de los niños sino la labor de la profesora, repito, me parece extraordinario. Correspondí, como está mandado, con una tarjeta “gatuna” para los niños y un regalito para la “profe”: un gato de los que “salen” en el cuento. Montones de gracias a todos.

Los niños me habían hecho muchas preguntas cuando presenté el cuento; y como no las podía contestar todas, me las pusieron por escrito. ¡Ay! Tengo que devanarme los sesos, para responderle a cada uno. Y es que las promesas hay que cumplirlas. Sobre todo tratándose de niños, que son muy formales.



“El rayo verde, bailes canarios y mojo colorado”.

El 29 de Mayo, víspera del Día de Canarias, fui al Colegio Mesa y López, a presentar 7 + 1 - Ocho leyendas canarias.

En la de Gran Canaria, “La leyenda de Ocaso y Aurora” hablo de las puestas de sol en la playa de Las Canteras y del rayo verde, un fenómeno que se observa pocas veces, en el instante de desaparecer el sol en el horizonte. Esto tiene mucho que ver con el tema de la leyenda.

Hay una novela de Julio Verne que se llama El rayo verde. Trata de una muchacha huérfana criada por dos tíos solterones que le buscan un novio. Pero ella, que no estaba muy conforme con el novio, y habiendo leído algo acerca del rayo verde, dice que no se casará hasta haberlo visto. Así que los complacientes tíos emprenden un viaje en busca de las condiciones atmosféricas que les permitan ver el fenómeno. En uno de los viajes se encuentran con el pretendiente, que es un pelmazo insoportable, y además la muchacha conoce a su verdadero amor. Y al final de la novela, cuando por fin logran ver el rayo verde, lo ve todo el mundo menos los novios que, distraídos, se estaban mirando a los ojos ajenos al resto del mundo.

Les enseño a los niños el libro de Julio Verne; aunque no creo que su lectura sea muy apropiada para esas edades (8-10 años), ya que está escrito al estilo antiguo, propio del siglo XIX, un tanto recargado. Sin embargo, la historia es muy bonita, como todo lo de Julio Verne…

En el Colegio Mesa y López habían puesto mi nombre en varios sitios, y debo reconocer que lo agradezco.

Después de las Leyendas, fiesta en las aulas. En la clase del profesor Mario Antúnez (hay que ver cómo lo quieren sus alumnos), baile y picoteo. Me sorprendió ver que casi todos los niños sabían bailar bailes canarios. Entre otras cosas, unas papitas arrugadas y el mojo colorado especialidad de Mario, que estaba riquísimo. Disfruté como un cosaco. Después no pude almorzar…

“Merienda de música y nata”.

El 31 de Mayo, merienda nostálgica en casa. Entre amigas y primas, 4 mujeres que nos reuníamos cada domingo hace … años. 3 Cármenes y 1 traidora al nombre (Mª Mercedes). Una de las Cármenes vive en Madrid, y hacía mucho tiempo que no nos veíamos. La célebre reunión era para recordar las de nuestra juventud, las “Meriendas de música y nata”.

En casa de mi prima, que poseía el lujo de un tocadiscos, cada domingo por la tarde asistíamos al ritual de escuchar música clásica y atiborrarnos de nata. En buen canario, nos “jincábamos” un buen litro de nata. Con fresas y dulces. No es que le pusiéramos nata a ellos, sino al revés: para no tomarla sola, a la nata le añadíamos las fresas y los dulces, como algo secundario. ¡Y estábamos delgadas como cañas!

Pues, como digo, en esta merienda nos repetimos nosotras amén de la música clásica y la nata; con fresas y los dulces llamados “lengua de obispo”.

Pero, claro, a estas alturas de la vida: la nata, estrella de la merienda, con cierta moderación…

Intercambio de vivencias, concurso de achaques y la alegría de vernos juntas después de tanto tiempo.

Como en estos momentos tengo una exposición en casa (de mis cuentos), la madrileña no se escapó sin que yo se la enseñara, aunque se mostró muy complacida por la ocasión de verla. Todo ello, borrachas de nata al ritmo cadencioso de Chopin y Mendelssohn.

Me hubiera gustado algo nostálgico… Un tocadiscos antiguo y discos de vinilo (que los tengo); pero el concierto fue en modernos CD, algo anacrónico en medio de tanta vetustez. ¿Será posible? Las 4 mujeres juntas sumábamos varios siglos; incunables, como quien dice.

Puse flores, por supuesto. En 3 jarrones muy raros, que parecen marcianos. Y conseguí crisantemos blancos, que es la flor que les gusta a “ellos”.

Así que todos, las 3 Cármenes, la traidora al nombre y los jarrones, fuimos muy felices.

“Feria del Libro en Santa Cruz de Tenerife”.

26 de Mayo. Fui a Tenerife, quedándome en casa de Ruth y Jóse, unos amigos tan antiguos como estupendos.

Objetivo: la Feria del Libro en Santa Cruz. Y allá fuimos Georgina y yo, bien pertrechadas con los rollos de mis montajes y cuentos.

El inventario era pavoroso: los posters de las ocho leyendas canarias, dos carteles anunciando mis excelencias, el cuadro del “Ojo espía” (del cuento A los gatos les gustaba Ana), el frasco del ungüento que curará a la Reina de las Hadas, etc.

Creo que todo resultó muy bien. Igual que aquí, en la Feria de Las Palmas, dos actores (Idaira Santana y César Yanes) representaron el cuento A los gatos les gustaba Ana. Con música y todo. Inventada por ellos y también el famoso “Estando el señor don Gato…”, tan entrañable en nuestra niñez. El estribillo “marrama-miau-miau-miau” fue coreado por todos, hasta por la fuente; yo la oí, palabra. ¿Quién podría resistirse a algo tan pegadizo? Creo que hasta el sol quiso sumarse al jolgorio, pues nos cascó de lo lindo; sudamos a mares.

En la carpa “capitana” me presentó Tazirga O. García; tiene una librería en La Laguna y dos niñas que son un encanto. Y yo presenté al respetable y a todo el que quiso escuchar (árboles, pájaros y fuentes incluidos) A los gatos les gustaba Ana y el inédito 7+1 Leyendas canarias, que para eso fuimos cargadas de posters.



Me encantó la feria de Santa Cruz. El entorno, en el parque García Sanabria, un bosque con fuentes artificiales; los talleres tan interesantes, el numeroso público, que compraba y paseaba con niños y perros…

En fin, me gustó todo. Dimos una vuelta por la Feria, mi amiga Ruth y yo, y encontramos a Elsa López, que al día siguiente presentaría su nuevo libro Una gasa delante de mis ojos, una visión muy particular sobre la figura de Alfonsina Storni.

Ya había estado con Elsa la semana anterior, en el Ámbito  Cultural de El Corte Inglés, aquí en Gran Canaria, donde lo había presentado. Aquí lo tengo, con la dedicatoria de Elsa; no lo he leído aún, pero lo espero de la misma categoría que los anteriores.

Uno de los libros de Elsa López, Las brujas de la isla del viento, es impactante.; la dedicatoria, bonita y alegre: “A Melu, para que vuele con mis brujas muy cerca de mi corazón”.

Una de las brujas de la novela era precisamente Ruth, mi amiga; pero sólo se parece a la de la novela en que tenía una librería especializada en literatura infantil. Yo estuve en su librería, en aquellos buenos tiempos, y Ruth había hecho de su tienda un rincón delicioso para encuentros con niños y cuentacuentos. Lástima que ya no la tenga.

Esa novela de Elsa López, Las brujas de la isla del viento, narra la historia de un grupo de mujeres ingresadas en un centro psiquiátrico; una historia de pobreza y maltrato que conmueve.

Hace mucho tiempo, cuando la leí, marqué una página para preguntarle a Elsa por los nombres de varias islas: la isla de los Bienaventurados, la isla de los Pájaros, la isla de los Carneros… Me intrigan esos nombres. ¿Son de leyendas? Con el tiempo que ha pasado, creo que ya es hora de preguntárselo a Elsa.

Estuve también con Víctor Jaubert, que me encanta cómo dibuja. Ha ilustrado uno de mis cuentos, El reloj zurdo, que empieza en un palacio “con mago y miriñaques” y termina con el reloj en una tienda de segunda mano (una de las tiendas que tienen los drogadictos rehabilitados, unos chicos serviciales y de mucho mérito a quienes regalo muchas cosas).

Sigo en Santa Cruz. Los dichosos posters de las leyendas canarias estaban colgados en la “nao capitana”. Me habían invitado a dejarlos allí toda la semana y luego los recogería pero más tarde recordamos que la semana siguiente los iba a necesitar para los dos colegios, como ya dije. Así que, al día siguiente, domingo, fuimos Ruth y yo a la Feria a sacar los posters de la carpa. A las 12.30, Elsa López presentaba su libro, el de Alfonsina Storni, y nos quedamos con ella. Estupenda Elsa, como siempre. Mujer valiente e inteligente, la admiro mucho.

Y por fin, almuerzo rápido en casa de Ruth y Jóse, despedida tristona. Triste y contenta, pues tengo mucho que agradecer a los de la Isla Picuda. La de la Isla Redonda agradece la hospitalidad y amabilidad demostrada al presentar yo mis cuentos. A toda la gente de la Feria del Libro, organizadores, público, etc. A los actores que representaron “A los gatos les gusstaba Ana” con la maravillosa e inestimable ayuda de Enzo Scala –Director de la Ecuela Arte de Canarias en Tenerife; estuvieron estupendos. Y a los medios de comunicación, la prensa; muy amables por ocuparse de mí.

Después de tantas emociones, vuelta a casa en el barco de Armas. Tarda 3 horas y me encanta ver el mar, pero en seguida me duermo.

Volví cansada, encantada y creo que algunas palabras más terminadas en “ada”. (Bueno, como hada pero sin hache). Después de unos días, vuelvo a la tarea...

Pepa Aurora me me había invitado a formar parte de un jurado para elegir a los mejores niños narradores de cuentos. Organizado por Radio Planeta de Agüimes (Gran Canaria) y participaban tres colegios del Sur: Arenas, Tajinaste y Beñesmén. La final sería dos semanas más tarde.

Y el 7 de junio estuve en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, en la clausura de cuentos escritos por niños. Los premiados leyeron los suyos y, de verdad, sorprende la imaginación y el ingenio cuando dejan el ordenador.

Todo el acto estuvo muy bien (como tenía que ser, siendo El Corte Inglés). Yo presenté mis 7 + 1 Ocho Leyendas Canarias. Y cuánto me gustaría que esos niños no perdieran las buenas mañas y siguieran escribiendo.

Llegó el lunes. Lunes, 11 de Junio, murió mi tía Lola, la persona más extraordinaria que he conocido en toda mi vida. http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=264464



Fui de nuevo al Sur, a la clausura del concurso de niños narradores de cuentos, organizado por Radio Planeta. El acto se celebró en el Teatro Cruce de Arinaga y estuvo muy bien.

Unas niñas (bueno, no tan niñas) de una escuela de baile, bailaron vestidas de odaliscas. Hubo música y, por fin, después de deliberar el jurado, la entrega de premios. Los tres colegios participantes, Arenas, Tajinaste y Beñesmén, se lo habían “currado” mucho y los niños respondieron. Yo estuve muy contenta, pues las personas… todo fue muy agradable.

Aunque con la sombra por la pérdida de mi tía Lola, trabajo otra vez, ilusionada con muchos proyectos, ¡a mi edad!. Porque, la verdad, esto de los montajes es un trabajo tremendo, y eso que yo no hago ningún esfuerzo, o sea, cargar y descargar, llevar de un lugar a otro, colocar, etc. Todo eso me lo hace Caty, un encanto de paciencia que trabaja aquí en casa.

Voy a dar talleres, para el verano. Tengo tantas cosas para cuentos, un mundo fantástico para inventar y montar relatos, que quiero sacarlo a la luz. Y como ya tengo comprobado que a los chiquillos les encanta todo lo que “invade” esta casa (“las manos a la espalda, no se puede tocar nada”), les voy a enseñra a “decorar” cuentos y espero que les guste.



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