miércoles, 27 de junio de 2012

Asadero con la Asociación Pequeño Valiente.






Antes de continuar con la historia sobre el Nobel José Saramago, quería contarles que el sábado fui a un asadero orgnizado por la Asociación Pequeño Valiente, en una finca en Telde. Al fina, fui cargada como un burro, como siempre.

Para un “concurso de piano” llevé uno que se pone en el suelo; es un piano muy largo y se toca con los pies, como el que “sale” en la película “Big” y lo toca Tom Hanks. Pero había demasiados niños y el concurso no llegó al final porque ya esperaba el mago para su actuación.

Antes del “concurso de piano”, fue mi cuento “A los gatos les gustaba Ana”. Como yo tenía tos, lo contó un señor y lo hizo muy bien. Para ilustrar el cuento llevé dos posters grandes. Uno es la fachada de la casa de Ana, con ventanas y las figuras de los gatos. El poster es una foto grande ampliada, pues esa fachada de la casa está pintada sobre madera y se pueden poner las figuras de los gatos. Es verdaderamente preciosa y la tengo por cortesía de El Corte Inglés, a quien se lo agradezco muchísimo.

El otro poster es también una foto, del cuadro que tengo del “Ojo espía”, un ojo enorme que va por todas partes atrayendo las miradas. Pertenece a las brujas y no se debe mirar, pues a quien lo hace lo absorbe como si de un agujero negro se tratara; y va a parar al terreno peligroso de las brujas, de donde es muy difícil salir. Ese “ojo” les gusta mucho a los niños. Bueno, ni qué decir de la casa de los gatos, que es “arrebatadora” para chicos y grandes.

Fue un día estupendo, con la Asociación Pequeño Valiente en esa finca en Telde.

Mucha comida rica y abundante diversión, sobre todo para los chiquillos. Había piscina y luego paseo en pony y a caballo.

Como ya dije, actuó un mago, que dijo no tener nombre y los chiquillos le pusieron el de Pantopín; tuvo mucho éxito.

Y así llegó la hora de la merienda, con un montón de tartas y dulces. Pero la “estrella” fue una tarta enorme en forma de castillo medieval con torres redondas; en la puerta del castillo, la figura de la Asociación, que es un niño vestido de mosquetero. Una tarta perfecta, por dentro y por fuera, pues estaba riquísima. Estupendo, todo.

Pero lo más estupendo de todo es la propia Asociación, un ejército de valientes, chicos y grandes, que luchan contra el cáncer infantil.

Por un lado, el ataque contra el mal; por el otro, positivo, la lucha por dar a esos niños calidad de vida, dignidad y todo el amor que se merecen.

Por un lado, los directivos, colaboradores, voluntarios; por otro, los pequeños pacientes, valientes, verdaderos protagonistas.

Todo ese conjunto forma la Asociación Pequeño Valiente. Agradecida y muy honrada por invitarme a participar, y poner así, mi granito de arena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario