miércoles, 9 de enero de 2013

De vuelta a los talleres en 2013





Días, tiempo y casi meses de problemas de achaques: bronquitis, conatos de gripe, catarros… Pero ya estoy bien.

Para celebrar mi vuelta a la salud (¿mental?), en vísperas de Reyes tuve un taller para niños aquí, en casa (que es también la de ustedes, como está mandado). Hicimos tarjetas, unas tarjetas especiales que inventé en las que cada niño da rienda suelta a su creatividad. Visitamos la exposición de mis montajes y etcétera. También hicimos un poco de música, (que me parece muy importante para los niños), con unos fabulosos discos que tengo.

Como siempre, las mejores cosas de mi vida tienen que ver con mi tía Lola de la Fe, que por desgracia nos dejó el año pasado. Lola me había regalado unos discos que su marido, Pedro, había traído de Estados Unidos hace 60 años. Esos discos son parte de mis tesoros, incluidos en la lista de cosas a salvar en caso de incendio o catástrofe (después de mi hija y la perra, claro). Escogí, en la parte musical del taller, del susodicho tesoro, un disco de Leroy Anderson, un compositor y director americano de los años 50. En la funda del disco se dice que “Anderson y su mundo musical son únicos”. Pues sí que lo son.

A los niños les hice escuchar dos de las composiciones de Anderson: “The typewriter” (“La máquina de escribir”) y “The waltzing cat” (“El gato valsante” o “El gato que baila el vals”). Recomendándoles, muy mucho, que se fijaran bien en las dos composiciones. Y luego les puse dos películas, que ya tenía preparadas con la parte que interesaba al tema musical. Una era “Lío en los grandes almacenes”, con Jerry Lewis, en la que el actor, escribe en una máquina imaginaria al ritmo de la música de “The typewriter”; es lo más gracioso y ocurrente del mundo.

Y como los niños “modernos” no saben mucho de valses, para ilustrar “The waltzing cat” les puse “Sissi emperatriz”, el precioso baile con ese ritmo en el palacio de Viena.  Pues debo decir que a todos les gustó mucho. Y a las niñas, les encantó eso de los miriñaques… Cómo se ve que a esas edades no se aprecia lo terriblemente incómodos que debían ser.

1 comentario:

  1. Como siempre Melu, imaginativa, fantástica.

    Que tus sueños se cumplan en este año que acabamos de estrenar.

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